Por estas cosas de la vida he vuelto a Francia en fechas recientes y mientras, para cuadrar horarios, me pasaba cinco horas en el aeropuerto de París, me paseé por la única tienda abierta de libros y revistas que encontré.
Eran demasiadas horas para pasarlas contemplando absorto el infinito y el ir y venir de los aviones. De entre todo lo que vi en la tienda me decidí por un par de libros. El primero, con el objetivo de verificar qué había de cierto en el reconocimiento de un premio a toda una carrera literaria, y el segundo simplemente porque me interesó el resumen de la contraportada, sin más explicaciones.
Philip Roth ha recibido en 2012 el premio Príncipe de Asturias de las letras. Tengo que reconocer que nada sabía de este escritor estadounidense y judío. Así que al ver su libro "Némesis" en la balda de la estantería me dije que por qué no leerlo.
La historia empieza por llamar la atención del lector (o por lo menos la mía), lo cual es un muy buen signo. No es de esos libros en los que, por mucho que uno ponga todo su empeño en ello, es humanamente imposible continuar más allá de la décima hoja. Todo lo contrario. Sin embargo, con el pasar de las páginas, la historia de fondo poco a poco se iba asemejando más y más a otra de la que ya había hablado aquí.
Seguro que lo expertos en literatura comparada dirán que soy un necio de extraordinarias dimensiones. ¿Cómo comparar "Némesis" de Philip Roth con "La peste" de Albert Camus? Pues esa era precisamente la sensación que se iba amparando de mí a cada hoja que pasaba.
Me resultaba tan similar la trama, que mi mente corría rápidamente a la costa argelina de Camus. Por supuesto que el desenlace no es el mismo, como tampoco lo es la postura de los personajes antela fatalidad y la enfermedad una vez desarrollada difiere como el día de la noche.
Aunque siga pensando que Camus es insuperable en su libro, la novela de Roth me ha permitido disfrutar de buena literatura. No sé si se merecerá o no el premio que se le ha concedido -es imposible analizarlo habiendo leído únicamente una de sus obras- pero desde luego que merece perderse unas cuantas horas entre sus líneas y que le dedique una entrada en este blog.
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