lunes, 24 de septiembre de 2012

εὕρηκα!!!! VI(K)TORIA

¡Eureka! (¡lo he encontrado!) fue precisamente la palabra que el científico griego Arquímedes pronunció al descubrir como calcular la propiedad física de la densidad de los cuerpos sin destruirlos. La victoria en el desafío que le había planteado el rey Hierón II había acabado en victoria.

Esta semana hemos celebrado en este "viejo" continente la Semana Europea de la Movilidad. La noticia la hemos podido ver en todos los telediarios, leer en los diarios y semanarios y escuchar en el dial de la radio. No es nada nuevo que hable de este tema por aquí.

Pero lo que me ha convencido para que cambiase mi publicación de esta semana ha sido el programa que esta viernes y domingo se ha emitido en El Escarabajo Verde.

En este país también "lo hemos conseguido". Eureka, aunque parezca difícil e incluso imposible, aunque otras tantas ciudades de este país no sean capaces de tener una visión transgeneracional y de futuro , una concepción sostenible del crecimiento, aún con sus claros y sus sombras, por fin una ciudad española ha obtenido el título de capital verde europea.


VITORIA es un claro ejemplo de que las cosas se pueden hacer, como dirían los romanos, aliter, de otra manera. Os dejo el video de El Escarabajo Verde de esta semana. Esos son los pasos que me gustaría que se diesen en la ciudad en que yo viviese. Por mi parte intentaré ir dando los que yo pueda para ir sumando granitos de arena. Habrá que ir pensando en hacer una visita a la plaza de la Virgen Blanca y, quién sabe, quizá ver bajar el Celedón.



lunes, 17 de septiembre de 2012

ESPAÑA EN FIESTAS

Llega el verano a la Península y con el verano, el calor, la playa, el tour, las siestas... y como no puede ser de otra manera: España en fiestas.

Las fiestas del verano en este país son diferentes a las del resto del año. Por supuesto que están las Fallas, la Fira i Festes de la Magdalena, el Corpus, Santa Quiteria, la Verge del Roser, las Cruces de Mayo y hasta los Pilares en Zaragoza. Pero llega el mes de agosto y España se adorna con banderines y farolillos y las notas de las verbenas resuenan en la plaza de todos los pueblos.

Este año el mes de agosto nos ha llevado a vivir las fiestas de España en Aragón. Primera parada: Alquézar. Precioso pueblo de la Sierra de Guara que celebra a San Hipólito en la segunda semana del mes de agosto y que es conocido en toda Europa gracias al descenso de sus cañones. 


Lo que hay que hacer primero, nada más llegar a un pueblo, es cenar bien. Es el rito iniciático que permite preparar una noche que seguro será apoteósica. Tras la cena y teniendo la vista puesta en la espectacularidad de los monumentos que en la distancia se vislumbran, en la plaza, donde tiene lugar la típica cena vecinal, comienza el espectáculo que hace reir a niños y grandes.







Acaba el espectáculo y comienza el bingo. Después de unos buenos 10 minutos sin nadie que lo cante, de repente aparece una señora desgañitándose, haciendo ver a todos que ella tiene el cartón bueno. Todo hace sospechar, pero hasta que uno no la ve toda la noche bailando junto al alcalde no se le encienden las alarmas. Y es que, oye, tal y como está el país, 300 euros son 300 euros.


¡¡¡Casi me toca!!!


Acaba el bingo y empieza lo bueno: la disco-móvil. Los quintos del pueblo sirven unos ricos pelotazos a todos los que quieran colaborar con su causa, similar en todos los pueblos de la geografía nacional, y se baila sin parar, disfrutando de la agradable temperatura veraniega. Nosotros hasta tuvimos el placer de conocer a Raquel y su futuro esposa, a cuya boda casi acudimos.




Raquel y su futuro marido ¡Vivan los novios!

Sin embargo, como si de un improvisto se tratara, la noche termina y después de un pequeño sueño uno se levanta presto a visitar el pueblo. Porque pueblos como estos uno no puede dejar de visitarlos. Alquézar es realmente precioso, con una arquitectura popular muy bien conservada y con una colegiata situada en un paraje sin par en el que, siguiendo las explicaciones de la guía local, uno descubre impresionantes capiteles románicos (aunque debo reconocer que no supera en su interior a la Bolea).






No os perdáis la explicación...










Nos despedimos de Alquézar y nos dirigimos a Huesca. Aquí celebran a su patrón, San Lorenzo.


No es ni la primera ni la segunda vez que voy a las fiestas de San Lorenzo, sino la tercera. Ciudad que, personalmente, fue de sentimientos encontrados, ha recuperado para mí su alegría. La calidez de sus gentes, la alegría de sus calles y el buen ambiente hicieron que reviviese las sensaciones de aquel 2003 en que, de camino a Pamplona, descubrimos las ya por entonces famosas en nuestro ideario fiestas de San Lorenzo.

Uno no puede por menos que acudir bien uniformado, con su pañuelo y su fajín verde (el resto de blanco, faltaría más). Sólo que da disfrutar de aquí para allá, porque el denominador común de las fiestas de nuestro país es que sólo se pueden vivir en la calle, cruzándose con unos y con otros, hablando con los de aquí y los forasteros...




Llegado el momento en que comienza la orquesta. La luz, al principio natural y más tarde artificial, ilumina las divertidas caras. Se empieza siempre con un buen pasodoble y se acaba con lo que la voz de los cantantes decidan y el cuerpo pueda bailar.










Aunque la música deje de sonar y uno se vaya a dormir habiendo ingerido un buen bocata de ternasco de Aragón, la fiesta continúa. Y es que la vida de un aficionado a las fiestas de este país es dura, porque para disfrutarlas en su máximo esplendor es necesario levantarse a una hora decente y recorrer las calles, disfrutar de sus gigantes y cabezudos, de sus bailes tradicionales y tomarse una caña o un tinto de verano bien frescos a la sombra de sus edificios más emblemáticos.
















El próximo agosto seguiré recorriendo nuestra geografía en fiestas, toda una aventura.

lunes, 10 de septiembre de 2012

EL RUMOR DE LAS OLAS

Volviendo con la música de otra parte...

Somos música. Estoy plenamente convencido de ello. Cada uno en su estilo, con sus particularidades, pero todos somos música.

Fuente: http://gatopistola.blogspot.com.es/2010/10/tu-me-quieres-blanca-por-alfonsina.html

Resulta enigmático el encantamiento que sufre el hombre con la música. Algunos pueden interpretarla con su voz, otros gracias a la ayuda de instrumentos. La expresión más fácil de la música que todos y cada uno de nosotros lleva dentro es, normalmente, a través de las voces de otros.


He de reconocer que la música me fascina, siempre lo ha hecho, sin desdeñar ningún estilo aunque, por supuesto, tenga mis favoritos. Muchas veces la simple referencia a una situación o el sonido de una palabra evoca en mi pensamiento alguna canción, alguna melodía que haya escuchado sólo Dios sabe cuándo. Esa es la razón de que, más tarde que pronto, decidiera tocar la guitarra. Conseguí hacerlo, más mal que bien, por cabezonería. Nadie me enseñó música y simplemente fui aprendiendo acordes, posiciones de dedos y los fui repitiendo sin cesar durante tardes enteras. Sin embargo, pese a todos mis esfuerzos, continúo siendo un inculto musical, he de admitirlo, pues ni leer una partitura puedo.



Entre todas esas canciones que vienen a mi cabeza hay una que me fascina por su profundidad, por su letra, por su música. Aquí podéis encontrar la verdadera historia. Toma como propios algunos de los temas más repetidos a lo largo de la historia de la música: el amor y el mar. Por supuesto que son otras muchas las leyendas que se escuchan referidas a esta canción. Las prefiero éstas últimas simplemente por el color que le dan sin quitarle ni un ápice de su dramatismo original.



No pretendo convencer a nadie de su excelencia, sólo compartirla. A lo largo de la entrada habéis podido ir escuchando diferentes versiones de la misma (y alguna más tras este párrafo). Todas entonan esta zamba con estilos muy diferentes, pero que transmiten igualmente su fuerza narrativa y vital. 

Qué la disfrutéis.