jueves, 28 de octubre de 2010

OUT OF OFFICE

Pues eso, que hasta que no tenga internet en casa no voy a poder añadir ninguna entrada más al elenco. Pero no hay por qué preocuparse, que ya tengo unas cuantas a punto de estar a punto, vamos, totalmente casi a medias para cuando la modernidad vuelva a mí.

Nos vemos pronto.

martes, 26 de octubre de 2010

μεταμόρφωσις

Uno de esos personajes que da la historia y que siempre me ha parecido enormemente atrayente a la par que peculiar es Winston Churchill. Hace unos cuantos años compré en Estados Unidos una biografía suya que leí con sumo interés. En un momento dado el libro cuenta una anécdota en la que Churchill, siendo ya Primer Ministro, responde a una pregunta en la Cámara de los Comunes sobre sus cambios de políticas de la siguiente manera: "To improve is to change, to be perfect is to have changed often".

Esta semana toca cambiar y cambiar mucho. Durante los últimos meses, más concretamente desde finales de diciembre del año pasado, mi vida ha sufrido constantes variaciones. Durante 4 años, 3 meses y 16 días mis experiencias vitales quedaron básicamente resumidas en una única palabra: oposición (de la que supongo que algún día escribiré también). Si bien, había algo que, en lo básico no había cambiado todavía. Llevaba unos cuantos meses buscando pero por fin, este septiembre, la encontré. A partir de ese instante ha habido unos cuantos ratos de reflexión aderezados con una pizca de negociación y unas cuantas firmas. Finalmente tengo casa y la semana que viene nos mudamos.

Pero llegar a lo "nuevo" también supone dejar lo viejo atrás. Lo viejo no siempre significa lo malo, por lo menos no en esta ocasión. Han sido  cinco años llenos de momentos: duros, tristes, alegres, solitarios, felices, tensos, llenos de esperanza, calurosos, fríos, repletos de amistad, entendimiento y compenetración. En la que ya para siempre será "mi habitación" he pasado horas, muchísimas horas, probablemente más que en ningún otra habitación hasta hoy. Han pasado cosas en ella que me van a marcar para toda la vida, sin duda. Pero llega un momento en que se quema una etapa y comienza una nueva. La echaré de menos y echaré de menos a todos los que en algún momento pasaron por ella. Con muchos seguiré manteniendo el contacto y de otros quizá nunca sepa nada más, pero ahí quedarán, unidos al recuerdo de mi querida habitación.

Mis plantas en el balcón


Despertando de la siesta en un estio canicular
lluvia desde la ventana


Sólo queda una semana en que voy a tener que hacer cajas y guardar libros, fotos, recuerdos de muy diversa procedencia. Seguro que mi mente estará ocupada en no dejarme nada, hacer listas de bártulos diversos con los que llenar mi nueva casa, en pensar en las nuevas aventuras que la vida me depara  envueltas en un fondo diferente. Pero seguro que el domingo que viene, cuando tenga que dejar la llave de "mi habitación", sentiré un enorme nudo en la garganta y me iré pensando en que dejo lo que ha sido mi hogar, lo que al final he acabado llamando "casa".

jueves, 21 de octubre de 2010

7 PICOS Y LA SENDA HERREROS

Mediados de Octubre, una llamada entre semana: "Venga tío, vamos a salir a andar, que esto no puede ser". Hacía un mes que S.P. y yo no salíamos a la montaña. En la última ocasión nos habíamos dado todo un empacho senderista (5 días y cerca de 130 quilómetros), pero la llamada de la selva regresaba. Movilizamos a las hordas montañeras con escaso éxito, lo cual, por otra parte, es un clásico -todo el mundo me dice siempre a poseriori que para la próxima que le avisemos, que se apunta seguro, pero a la hora de la verdad...-.

Por supuesto había alguien que no podía fallar, los hermanos MM. Llámales para montar alguna actividad extraescolar y seguro que aciertas, porque fijo que alguno de los tres se apunta. En esta ocasión nos dimos cita en el parking de Navacerrada el sábado a las 10 de la mañana. Vale, lo reconozco, no es una hora muy montañera, pero como tampoco nos íbamos a patear a lo bestia, no había necesidad de despertarse con el alba. Eso sí, a esa hora un fin de semana Navacerrada es una auténtica autopista. Mira que he visto a inmigrantes argelinos y marroquís bajar en verano con la AP7 con las furgonetas y coches a tope de todo tipo de enseres; el caso es que no sé si esto no es peor. Aunque al final uno piensa que una sociedad en el que el contacto y respeto de la naturaleza está integrado en el sentir general quizá sea mejor que muchas otras. En fin, filosofía de bolsillo a 5 céntimos.
Guarramillas, Maliciosa y Peñotillo Alto desde el Telégrafo

En esta ocasión nos dirigíamos a hacer el cordal de Siete Picos y vuelta por la senda Herreros. Comenzamos subiendo al telégrafo por la pista de esquí todavía virgen de nieve. Desde ahí se observa justo al otro lado del puerto las pistas que están justo debajo de la Bola del Mundo. Seguimos subiendo un poco más, pasamos junto a la virgen para luego descender a la Pradera de Siete Picos.

Primera subida

Aquí comienza la subida hacía el séptimo de los picos. Y digo bien, pues al estar situados de oeste a este, el primero que se sube, el más alto y, por ende, el más famoso, es el séptimo de los siete picos. S.P., con su habitual voracidad canina, no podía aguantar más al llegar al final de la cuesta y decidió dar un buen tiento al chocolate. Este chico tiene un agujero en el estómago y la verdad es que no entiendo donde mete todo lo que come. Porque por supuesto, antes de llegar al tercero de los picos, donde se sitúa la famosa Ventana del Diablo, hicimos parada y fonda para rellenar el buche. Estaba resultando bastante suave físicamente, pero todo sea por reponer.

Pradera de Siete Picos

Séptimo pico y la pera de M.
Hincando el diente

Antes de llegar al segundo pico comienza el descenso a su izquierda. En algún tramo hay que poner los manos en el suelo e incluso los cuartos traseros, pero es corto y se hace ameno con tanta vegetación. Tras el descenso llegamos a la pradera de Najalasna. Y es que el pico de Najalasna es el primero de los Siete Picos. Separado del resto del cordal, da entrada a esta peculiar formación rocosa desde el oeste.

Pico de Najalasna, el primero

Pasada la pradera comenzamos a descender en dirección a Cercedilla. Un poco más adelante observamos unos hitos a la izquierda que nos obligaron a desviarnos del camino principal. Desde aquí había que buscar el comienzo de una senda, la senda Herreros, pero montaña arriba, montaña abajo no dábamos con ella. Finalmente, siguiendo nuestro instinto y tras un poco de monte a través y alguna conversación con los montañeros que nos íbamos encontrando, la encontramos. Ya había leído que es una senda perdedora, pero en cuanto nos hicimos con sus hitos nada nos separo de su compañía hasta estar de vuelta en la pradera de Siete Picos.


En busca del camino
Un hito más para la colección de M.

Como no podía ser menos S.P. tenía un hambre voraz y paramos a zampar allí, pero esta vez a una hora normal para lo que viene siendo la comida. Desde aquí y bajando por la pista de esquí de fondo se hace muy agradable el descenso hasta el principio de la pista del telégrafo y de nuevo al puerto de Navacerrada. Una excursión corta pero muy divertida y que no entraña mayor dificultad. Comienza a hacer frío en la Sierra incluso con sol, seguro que es el preludio de las primeras nevadas en poco tiempo. Quizá este invierno haya que hacerse con unos camprones y ponerse más a menudo las polainas.
¡Hasta la siguiente salida!

miércoles, 13 de octubre de 2010

LA CUERDA LARGA

La sierra de Guadarrama es un recuerdo constante para mí desde que a los 6 años me mudara con mi familia a Segovia. Desde mi casa entonces, desde el colegio o desde casi cualquier punto elevado de Segovia se puede ver Peñalara o la Mujer Muerta (picos de la Pinareja, Peña del Oso y Pasapán). Desde entonces ha estado siempre presente y más que nunca los últimos 6 años en Madrid, donde la he podido conocer mucho más a fondo.


Una de las rutas senderistas más clásicas en la Sierra (como se la conoce aquí, así, sin más) es la Cuerda Larga.
Fuente: http://www.trotamontes.org/zona%20cuerdalarga.htm

Hay varias maneras de hacer la Cuerda Larga. Se puede hacer en uno o dos días, se puede hacer desde el puerto de Navacerrada al de la Morcuera y también en sentido contrario, incluso, una vez llegados al puerto de la Morcuera se puede continuar unos 8 ó 10 quilómetros más hasta llegar a Miraflores de la Sierra. La Cuerda Larga se puede hacer de día o de noche. Yo siempre la he hecho de de oeste-suroeste (Navacerrada) a este-noreste (Morcuera), siempre acabando en Miraflores y tanto de día como de noche.

Para poder realizar este recorrido, dado que en la Morcuera no existe ningún tipo de transporte público, es necesario dejar un coche en cada extremo de la ruta o bajar hasta Miraflores para coger el autobús hasta Madrid.


Empezando desde el puerto de Navacerrada, en primer lugar se asciende a la Bola del Mundo (Alto de Guarramillas) a 2.265 m por un camino asfaltado. En muy poco espacio se ascienden más de 400 metros de disnivel, probablemente la subida más empinada de todas y nada más empezar (bufffffffff!!!!). En el pico encontramos una serie de antenas recubiertas con por una estructura metálica junto a unas edificaciones. Su color rojiblanco siempre me ha recordado al cohete de Tintín en "Viaje a la Luna".

Desde Guarramillas y pegado a la valla de la estación invernal de Valdesquí, ya por tierra, se desciende al collado de Valdemartín para luego ascender al cerro de Valdemartín. Desde aquí ya podemos divisar las dos Cabezas de Hierro, la menor y la mayor, puntos de máxima altura de la travesía y segunda altura de la sierra de Guadarrama después de Peñalara con 2.383 m (la mayor).


La subida es y la bajada es disfrutona y después de una fotillo en el vértice geodésico hay que continuar por la loma de Pendasco. La verdad es que el recorrido de la Cuerda Larga es nulamente frondoso. A esta altura los árboles han desaparecido, pero la falta de verde se suple más que notoriamente con las vistas sobre el valle del Lozoya al lado izquierdo y del Manzanares al derecho, con Madrid al fonto en días claros y de no demasiada contaminación en la capital. Por la noche también tiene su encanto ver las luces de la gran ciudad y los pueblos y ciudades dormitorio y periféricas, aunque entiende entonces el concepto de "contaminación lumínica".

Desde este punto y si se hace la Cuerda Larga nocturna con luna llena, si uno se gira, puede ver el descenso de los múltiples excursionistas con sus frontales encendidos cual procesión de Semana Santa. Es alucinante, por lo menos para mí, como la gente todavía puede ir al monte con luna llena y encender la linterna. Hay momentos puntuales en que es necesario o justo cuando la luna se esconde antes del amanecer se hace imprescindible, pero poder caminar sólo con la luz que el sol refleja a través de la luna en medio de la motaña es un inmenso placer.

Desde aquí continuamos andando hacia Asómate de Hoyos y por la loma de Bailanderos. En la vertiente sur y si la noche empieza a clarear hacia el amanecer, pueden comenzar a distinguirse los bloques graníticos de la Pedriza, todo un espectáculo. También aquí, aunque puede que en otras partes del recorrido de la misma manera, se puede uno encontrar con las cabras. No tienen miedo del hombre pero tampoco hay que molestarlas a ellas y menos darles ningún tipo de comida.

Poco a poco llegamos hacia el final de la ruta por el cordal. La Najarra va acercándose para marcar el final de la parte más espectacular de la ruta. Es curioso encontrarse entonces a senderistas recién iniciados/as que habiendo cubierto gran parte del recorrido (unos 18 quilómetros) deciden que no pueden más, que se sientan y que ya vendrá alguien a buscarles. ¿Pero alma cándida, quién te va a venir a buscar enmedio de la montaña? El esfuerzo final no se lo va a quitar nadie, pero desde luego que el buen sabor de boca de haberlo conseguido pese al cansancio y alguna que otra ampolla tampoco. Quizá sea eso lo que muchas veces engancha en la montaña, el darse cuenta al final que uno a podido superarse a sí mismo, cada uno a su nivel.


Antes del pico de la Najarra nos encontramos con el refugio libre que, desgraciadamente, está en un estado un tanto ruinoso. Ojalá alguien lo arreglase para poder mantenerlo como punto de referencia y un lugar donde poder hacer un vivac un poco más guardado (sin puerta no podría definir dormir ahí de otra manera). Ya en la Najarra, desde su vértice geodésico, es espectacular observar el amanecer sobre la meseta sur. Es el momento de bajar y llegar hasta la Morcuera.


Quien desee continuar hasta Miraflores puede hacerlo por un sendero disfrutón hasta el embalse, con cuidado de no torcerse un tobillo en el último minuto y hacerse un esguince. Una vez en el embalse, en el que la única actividad permitida es la pesca sin muerte, el camino se torna en una pista en la que, en los meses de verano, hay que sufrir la polvareda que levantan los coches al pasar. Tras unos 28 quilómetros se entra en Miraflores donde, como no puede ser de otra manera, uno acaba con una buena cervecita la Cuerda Larga.


Tanto de día como de noche se trata de una de las rutas con más encanto de Guadarrama.

miércoles, 6 de octubre de 2010

AMOVENS.COM




Esta semana continuamos con el tema de la movilidad sostenible, aunque no urbana. Recuerdo cuando era pequeño y vivía en Segovia un viaje entre nuestra casa y Huerta del Rey, en Burgos, donde durante años vivieron mis abuelos y donde habían nacido mis tíos a finales de los 50. Yo debía tener unos 7 u 8 años y para allá que nos llevó a mis hermanos y a mí mi padre. No sé por qué pero mi madre no venía con nosotros. De camino hacia Huerta mi padre para a alguien haciendo dedo y nos dió conversación durante buena parte del viaje. Recuerdo que mi padre nos hizo prometer a los tres que no le diríamos ni una palabra a nuestra madre sobre lo de haber llevado a alguien en el coche.

Desde entonces nunca más he visto a ningún español haciendo auto-stop en España. Es una costumbre que se ha perdido en la noche de los tiempos. Sin embargo, estando estudiando en Alemania descubrí que existían páginas web que ponían a la gente en contacto para compartir el coche en trayectos largos. Es lo que se conoce allí como la Mitfahrzentrale. Con teclear eso en google o cualquier otro buscador obtendréis unos cuantos ejemplos. Al volver a España investigué si había algo parecido por aquí, pero con nulo resultado. Siempre pensé que sería una gran idea montar un movimiento de este tipo en nuestro país.

Luego pasaron unos cuantos años y hace sólo unos meses me sorprendió el conocer que el novio de una compañera había montado una página web partiendo de este andamiaje básico. No pensé mucho en ello durante unos meses, sin embargo puesto que con el "nuevo curso" han ido cambiando muchas cosas alrededor mío y han comenzado nuevas andaduras, he decidido darme de alta en la página. Hoy mismo lo he hecho. A partir de ahora siempre que utilice el coche para viajar a casa de mis padres o a cualquier otro sitio lo publicaré o buscaré quien me lleve como pasajero.

Es, seguro, una forma mucho más inteligente y racional de viajar y de utilizar nuestros vehículos a motor.