martes, 28 de febrero de 2012

BACANSÍSIMO

Este domingo estuve con la Dra. Gutierrez tomando algo y en esas dos horas volvió a mi Ecuador con todo su esplendor. Nada como pasar un rato con una auténtica guayaca de los Ceibos para rememorar lugares, momento, olores, sabores y colores... y es que aunque sólo estuviese dos meses trabajando en Ecuador, seguro va a quedar para siempre en el corazón.



Fueron grandes momentos, el descubrimiento de una pasión laboral, el conocimiento de otra forma de pensar aunque expresada con sonidos bien parecidos, aunque diferentes...


De repente no fueron siempre momentos fáciles, pero siempre quedará un sabor dulce cada vez que oiga hablar de Ecuador.

Os dejo un par de autores ecuatorianos. Los dos libros de temática histórica, pero de épocas diferentes que marcan en cierto modo la historia de Ecuador. Seguro volveré y me encontraré cualquier cantidad de gente maravillosa por todos los caminos que recorra.



Os dejo con un último vídeo con espectaculares imágenes de un país que estos días está en los teledarios, no precisamente por lo que tendría que estar (la letra es tremenda)...




Y para quien quiera perderse en las playas auténticas de Ecuador, comiendo como un rey y disfrutando del Surf, que no se vaya a Montañita, noooooo, que se venga AQUÍ

miércoles, 22 de febrero de 2012

ARte COntemporáneo

No es que el título de esta entrada sea muy inteligente, vanguardista ni original, todo lo contrario. Esta semana pasada se celebró en Madrid ARCO, la feria de arte contemporáneo. Una tarde, después de trabajar, me acerqué con mi hermano y un amigo a JustMad, uno de los eventos paralelos que se celebran por todo Madrid durante esa semana. Allí vi cosas maravillosas, chocantes, electrizantes, espantosas, caras, llamativas, auténticas, originales, relativamente baratas, horrendas, ... toda una experiencia. Nos encontramos a la mejor jefa que se pueda tener en el mundo mundial, charlamos con ella, y nos volvimos a casa. Os dejo sólo dos cosas de las que vi esa tarde.





El caso es que el sábado estaba donde suelo estar todos los sábados por la mañana desde hace unos meses. Un lugar donde he regresado después de un tiempo, con muchas ganas e ilusión, y donde sudé y sufrí todos los sábados durante cuatro años y medio. Esta vez del el otro lado de la mesa, literalmente.





Al irme, cuando me quedé solo, me llamó la atención lo que hacía tiempo que miraba pero ya no veía. Fueron horas y horas las que pasé contemplando estos cuadros mientras mis pensamientos estaban en textos lejanos y, en ocasiones, incomprensibles. Nada tienen que ver con los cuadros de ARCO o de JustMad, estos los pintaron y regalaron alumnos que pasaron por esas aulas. Eso sí, cualquiera que lea estas líneas y contemple estas fotos y haya visto estos cuadros en algún momento de su vida, un sentimiento, del tipo que sea, correrá a ampararse de su ser, me juego lo que queráis (y sino, que recuerde la inquietante mirada de la cabra en el camino, sobre el puente). Al final el arte transmite de la manera más inesperada...











Perdonad por las fotos, son realmente malas. Las tuve que hacer corriendo y con mil cosas en las manos.

martes, 14 de febrero de 2012

Cazando la piel del oso



Tras una de esas comidas de sábado que empiezan a las 2 de la tarde y acaban casi 12 horas después, justo antes de tomar unas copichuelas, decidimos que no podíamos dejar de ir a la montaña al día siguiente. Hora de encuentro (no demasiado pronto): 9 de la mañana en la parada de metro al lado de mi casa. Resultado: todos llegaron tarde. Mientras esperaba me dio tiempo a desayunar en Las Leandras, un clásico bar de barrio, comprar los periódicos y pasar por el banco. Poco más y planto un huerto. Eso sí, hubo quien a la media hora de gracia que le dimos, añadió otros treinta minutos más. ¿Quién se enfadó?



Nos subimos en el coche y en "un nada", como dicen en mi pueblo, nos bajamos al final de la carretera del valle de la Fuenfría. Recogimos todo lo que llevábamos en el maletero y a andar, que es infinitivo. 




La subida de la calzada (borbónica, que no del todo romana) lo hicimos con tranquilidad mientras alguno se recuperaba de la resaquilla rompiendo a sudar. En el puerto nos paramos brevemente para echar un trago de agua. Es un lugar que los domingo casi podría asimilarse a la calle Preciados de Madrid durante las navidades.

En un segundo nos pusimos manos a la obra con la subida al cerro Minguete. Hacia muy bueno, incluso calor, pero pronto notamos en nuestras carnes el elemento que nos iba a molestar de manera importante durante todo el día en las zonas altas: el viento.






Del cerro Minguete hasta el Montón de Trigo el camino es corto, pero la vista desde la cima del segundo es infinitamente mejor. Antes de llegar a la parte más alta nos refugiamos tras unas rocas para injerir algunos frutos secos (más de diez por persona, contraviniendo al hermano de PPG).





La bajada desde la cima del Montón de Trigo hasta el collado de Tirobarra se hizo pesada entre tanta piedra. Era en esos momentos en los que echábamos de menos más nieve que nos permitiera bajar a toda velocidad y enfrentarnos a la subida a la Pinareja. El ascenso a la Pinareja es sencillo y nosotros lo hicimos sin prisa, pero sin pausa. Arriba decidimos comer, pero lo hicimos refugiados tras un muro de piedra. Recordaba a las antiguas fortificaciones de la Guerra Civil, de las que todavía quedan restos en las montañas de las sierras de Guadarrama y que pudimos ver ese día.








Después de alimentarnos seguimos el camino hacia la peña del Oso, nuestro objetivo. Soñábamos con poder hacer este recorrido con los crampones y los piolets, pero por el momento los dejamos guardados en los armarios de nuestras casas.









Por fin llegamos con nuestros amigos los osos a la cima. El viento soplaba con fuerza, pero las vistas eran maravillosas. Un mar de nubes que cubría toda la meseta norte y que nos permitió hacer un vídeo estupendo, aunque alguno tuviese que agacharse en menos de medio metro cuadrado.



























La vuelta  pensamos en hacerla bajando monte a través para buscar los ojos del río Moros, pero el tiempo se nos echaba encima y, aunque los días comienzan a alargar, decidimos volvernos para disfrutar de la puesta del sol y de los cambios de color en el cielo que marcan el inicio de la noche.








Al final pospusimos la cerveza de final de jornada que nos proponía JDC en el mítico Looser (durante tantos años visitado) para una próxima ocasión porque ya era tarde después de la vuelta a la ciudad, con pérdida de camino incluida. 

Bonita salida invernal, aunque sin nieve. Inmejorable compañía. Habrá que repetir.








lunes, 6 de febrero de 2012

EL CHIVITO

Regresamos a la literatura con un buen libro bajo la sombra del Pi del Tossal Gros. La lectura no es reciente, reciente, pero no muy alejada en el tiempo.

Tenía lectura pendiente con el autor del "Elogio a la lectura y la ficción". Lo reconozco, nunca había leído nada suyo, así que empecé, por indicación de mi amigo J.L., con una de sus obras más importantes.



La obra está estupenda, pero sin duda no había mejor momento que esté para leérsela. Estos últimos meses hemos visto como alguno de los personajes más entrañables que nos han acompañado los últimos años en la esfera internacional nos han abandonado sin dejar la primera plana de todos los medios, escritos y audiovisuales.

Kim Kong-Il, hijo de Kim Il-Sung, amantísimo líder, nos dejaba con los dejaba huérfanos de esos tacones vertiginosos y esos cuatro pelos estirados hacía el universo infinito. Hay quien dice que Sarkozy puso de moda los tacones (y alzas) para hombres. Nada más lejos de la realidad. La moda es genuinamente norcoreana.

Kim Il-Sung
Kim Jong-Il















Eso sí, nada tiene que envidiar a sus predecesores en el cargo de líder supremo del pueblo de Corea del Norte el joven Kim Jong-Un o, como se le conoce familiarmente, "el niño gordo". Qué continúe la saga familiar, que tan buenos momentos nos está dando (aunque igual los habitantes de su país no siguen esta línea de pensamiento)

El Niño Gordo
Fuente: http://panchocajascaricaturas.blogspot.com/2011/12/kim-jong-un.html


Otro que está empezando a dejarnos grandes momentos es el presidente senegalés. Wade y ese maravilloso monumento megalítico que ha plantado en medio de Dakar (ideada por los colegas norcoreanos). Lo de los candidatos a las presidenciales se queda pequeñito al lado de tanta maravilla arquitectónica.


Fuente: http://www.socialismo-o-barbarie.com
Fuente: http://www.rinconabstracto.com/2011/04/las-15-estatuas-mas-altas-del-mundo-en.html
Y aunque podríamos hablar también de Saleh en Yemen, de Mubarak en Egipto o de Ben Ali en Túnez, el centro de la foto, el foco que apunta a la estrella es para...




¡¡¡Muammar el Gadafi!!!

El crack entre los cracks, el rey del chonismo autocrático, el hombre que facía que todos los ojos se quedaran fijos en él. ¿Quién no lo recuerda? Lágrimas escaparon por su desaparición (la mayoría de alegría y otras, las menos y por motivos diversos, de pena).

Pero como esta entrada es literaria, qué menos que hablar de Gadafi en su versión más cultural, la de escritor. ¿No habéis leído su inigualable "Libro Verde"? Debería, sin ningún género de dudas, ser lectura obligatoria en la enseñanza secundaria. Un clasicazo.



Podría desvelaros las joyas que esconde, pero sería privaros de algunos de los ratos más tronchates que puede uno vivir con un libro entre las manos. Todo ello si no fuera porque era verdad, porque había quien creía a pies juntillas lo que transmiten sus palabras.

Al final, como ocurre con la protragonista de la novela de Vargas Llosa, todos tenemos problemas que solucionar más allá de la megalomanía y locura transitoria (lo que viene en llamarse hijoputismo) del líder, por mucho que aquéllos sean conscuencia de todo éstos. Eso sí, qué grandes noticias de telediario nos dejan estos cafres mientras comemos o cenamos frente al televisor.

Yo os dejo con la que es mi foto preferida del Sr. Gadafi:



Para más fotos de Gadafi: http://www.publico.es/internacional/402531/gadafi-40-anos-de-tirania/slideshow#0