He vuelto a tener la misma sensación...
Sí, bueno, ya sé, resulta extraño. ¿Cómo sentirse atraído por lo más salvaje que puede existir en el universo de las relaciones sociales? Eso me pasó por primera vez hace algo más de dos años.
Por aquel entonces tenía que elegir un tema relacionado con la sociedad internacional y la presencia de España en el exterior para realizar una memoria. Tengo que apuntar que lo de memoria resulta incluso pretencioso. Cuando te dan dos meses escasos, si llega, para un trabajo de investigación, lo más que puedes hacer es leer y tratar de escribir algo coherente que no suene a chufla. Eso es lo que yo hice, o intenté.
Después de darle vueltas y vueltas, pensar y repensar, elegir y descartar, por fin me decidí por un tema. Por supuesto me lo echaron atrás. Sin embargo, yo me empeñé en lo que debía ser el fondo de aquella memoria y utilizando la reformulación y el eufemismo conseguí que me lo aceptasen.
Aquel trabajo, más bien resumen lo llamaría yo, acabo por titularse: "Maras, violencia juvenil y políticas públicas en Centroamérica; aportaciones españolas". Rimbombante sí suena, debo reconocerlo.
Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es/noticias-email/1658301/Las-maras-toman-la-cartelera |
Gracias a la desinteresada ayuda de una persona en la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo conseguí hacerme con una amplia bibliografía para el escaso tiempo que tenía. Me leí 25 libros, estudios, artículos e informes sobre este interesante fenómeno. No todos fueron apasionantes, por supuesto, pero el tema merecía el esfuerzo.
El resultado final del trabajo fue un tanto desastroso por falta de tiempo. No se puede aspirar a lo más cuando el tiempo es limitado. Pero en lo menos, que fue mi enriquecimiento personal, en eso me pondría un 10 con matrícula de honor.
El caso es que el otro día me llegó la noticia de que se presentaba un nuevo libro sobre este tema y después de remolonear un poco, tras utilizar Amazon España por primera vez, me hice con él.
Lo empecé a leer esta misma mañana y me ha absorbido de tal manera que casi me paso la parada de transporte público donde me tenía que bajar. No he podido resistir la tentación y, al llegar a casa por la noche, con tiempo de sobra para hacer la cena, antes que salir a correr he preferido sentarme en el sillón y acabar con la lectura. Apasionante, desgarrador, real pero como si alguien lo hubiese imaginado, duro, alegre y triste al mismo tiempo... bufff, menuda lectura. En tanto poco se dice tanto que os animo a que lo leáis.
Para quien prefiera las imágenes de este mundo tan peculiar, os dejo la primera entrega del documental del malogrado Cristian Poveda. El resto lo podéis encontrar en youtube. Os aviso que es bastante duro.
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