domingo, 10 de abril de 2011

LA BELLA OLVIDADA

Así es como se conoce a la catedral de Palencia.






















Hace pocas fechas tuve que estar durante unos días trabajando en Palencia, en un foro internacional técnico sobre seguridad alimentaria y desarrollo rural...


Sin duda me sorprendió está ciudad castellana. A escasos 20 quilómetros del pueblo natal de mi padre, nunca me había acercado hasta ella. Ha resultado ser una pequeña joya escondida, con una catedral preciosa (sigo maravillándome -y seguiré- con la majestuosidad de las catedrales). Tuvimos la suerte de visitarla con una guía propia del lugar y con la aportación de una monja que nos enseñó el pequeño "museo" que tienen en la sala de canónigos. También disfrutamos de un concierto de música uno de los días por la noche. Eso sí frío hacía para dar, tomar y regalar, vamos, una jartá.

el escenario en la catedral

La orquesta se prepara

Por supuesto para no olvidar la calle mayor, con una serie de casas impactantes, unos soportales estupendos y algún que otro bar donde tomarse unas buenas cañas.


Aunque nada comparable a las reacciones del pueblo palentino ante tanto extranjero ocupando sus espacios públicos y culturales. Nunca me he podido reír tanto como con sus ocurrencias, improperios y desvaríos. Además, tuve la oportunidad de charlar mientras dábamos un paseo con Federico Mayor Zaragoza. Toda una experiencia.

Para acabar, de vuelta a casa, volví a los orígenes y el domingo hicimos en casa otra otra "bella olvidada", tal y como me enseñó mi madre y mi abuela: una bona paelleta...