martes, 26 de octubre de 2010

μεταμόρφωσις

Uno de esos personajes que da la historia y que siempre me ha parecido enormemente atrayente a la par que peculiar es Winston Churchill. Hace unos cuantos años compré en Estados Unidos una biografía suya que leí con sumo interés. En un momento dado el libro cuenta una anécdota en la que Churchill, siendo ya Primer Ministro, responde a una pregunta en la Cámara de los Comunes sobre sus cambios de políticas de la siguiente manera: "To improve is to change, to be perfect is to have changed often".

Esta semana toca cambiar y cambiar mucho. Durante los últimos meses, más concretamente desde finales de diciembre del año pasado, mi vida ha sufrido constantes variaciones. Durante 4 años, 3 meses y 16 días mis experiencias vitales quedaron básicamente resumidas en una única palabra: oposición (de la que supongo que algún día escribiré también). Si bien, había algo que, en lo básico no había cambiado todavía. Llevaba unos cuantos meses buscando pero por fin, este septiembre, la encontré. A partir de ese instante ha habido unos cuantos ratos de reflexión aderezados con una pizca de negociación y unas cuantas firmas. Finalmente tengo casa y la semana que viene nos mudamos.

Pero llegar a lo "nuevo" también supone dejar lo viejo atrás. Lo viejo no siempre significa lo malo, por lo menos no en esta ocasión. Han sido  cinco años llenos de momentos: duros, tristes, alegres, solitarios, felices, tensos, llenos de esperanza, calurosos, fríos, repletos de amistad, entendimiento y compenetración. En la que ya para siempre será "mi habitación" he pasado horas, muchísimas horas, probablemente más que en ningún otra habitación hasta hoy. Han pasado cosas en ella que me van a marcar para toda la vida, sin duda. Pero llega un momento en que se quema una etapa y comienza una nueva. La echaré de menos y echaré de menos a todos los que en algún momento pasaron por ella. Con muchos seguiré manteniendo el contacto y de otros quizá nunca sepa nada más, pero ahí quedarán, unidos al recuerdo de mi querida habitación.

Mis plantas en el balcón


Despertando de la siesta en un estio canicular
lluvia desde la ventana


Sólo queda una semana en que voy a tener que hacer cajas y guardar libros, fotos, recuerdos de muy diversa procedencia. Seguro que mi mente estará ocupada en no dejarme nada, hacer listas de bártulos diversos con los que llenar mi nueva casa, en pensar en las nuevas aventuras que la vida me depara  envueltas en un fondo diferente. Pero seguro que el domingo que viene, cuando tenga que dejar la llave de "mi habitación", sentiré un enorme nudo en la garganta y me iré pensando en que dejo lo que ha sido mi hogar, lo que al final he acabado llamando "casa".

1 comentario:

Manolo dijo...

Nuestro futuro depende de lo vivido en el pasado. No podemos olvidarlo ni dejarlo atrás, forma parte de nosotros. Eso no quiere decir que debamos vivir "en" él. Todo paso adelante, aunque sea duro nos permite mirar hacia atrás. Lo realmente duro sería mirar siempre a un lado. Enhorabuena por tu nueva "casa". Disfrútala y empieza a crear un nuevo "pasado" en ella, seguro que lleno de vivencias y experiencias inolvidables