jueves, 30 de septiembre de 2010

Un movimiento sexy

El diputado Guillermo Mariscal. Fuente: http://www.jpe-asturias.org/?p=2378
El otro día leía en la prensa que el porcentaje de población urbana en el planeta superaba ya al de población rural. Los datos del Banco Mundial son de 2008, pero en el gráfico se puede observar la clara tendencia hacia la urbanización. En la UE la tasa de población urbana, según datos de EUROSTAT, es de alrededor del 75% del total.

Estos pocos datos me llevaron a reflexionar de nuevo sobre uno de los temas que más interesante me parece en las ciudades en que vivimos, el de la movilidad urbana (sostenible). No tengo ningún tipo de formación en urbanismo, arquitectura o similares, pero desde que recuerdo siempre me ha llamado mucho la atención el uso irracional del coche en nuestras ciudades y el escaso desarrollo del transporte público o de medios de transporte alternativos en muchas de ellas. Con mi estancia en Quito este verano, al conocer el sistema de pico y placa copiado de Bogotá y similar al de otros lugares como México DF, se despertaron antiguas dudas.

Nuestras ciudades (en Europa) no son, obviamente, como las de Latinoamérica, pero el ámbito de la movilidad urbana sí es un aspecto que debe tenerse en cuenta para crear políticas municipales más eficientes y una mayor cohesión de la población, tal y como se reconoce desde la propia UE. Una buena manera de empezar a aproximarse a todo este mundo es echar un ojo a los criterios de movilidad en zonas urbanas que recomienda el Real Automóvil Club de Cataluña (ver aquí).

Obviamente no se trata de eliminar el coche particular como medio de transporte, sino de racionalizar su uso y de potenciar una nueva cultura del desplazamiento urbano con medios alternativos hasta donde sea posible. La fundación del RACC en su informe habla de hecho de dos tipos de políticas públicas posibles: las de pull (acciones de atracción hacia el transporte público y el uso racional del coche) y las de push (acciones para forzar el trasvase al transporte público y otros tipos de transporte y la regulación de la demanda del vehículo privado).

En el campo de la acción tenemos que tener en cuenta nuestro contexto europeo. La UE tiene, de acuerdo con la legislación vigente, las siguientes competencias: "La UE puede instar a las distintas autoridades (locales, regionales y nacionales) a poner en marcha políticas integradas a largo plazo. Asimismo, la UE asistirá a tales autoridades en la búsqueda de soluciones innovadoras y en la puesta en común de buenas prácticas a nivel comunitario". Para ello en 2007 se creó el Libro Verde de la Comisión para una nueva cultura de movilidad urbana, que se ha visto completado en 2009 con el Plan de acción de movilidad urbana. También se han creado los premios Civitas, que hoy mismo ganaba la ciudad española de Vitoria, para fomentar la movilidad sostenible en Europa.

Sin embargo la acción no se restringe al ámbito europeo y municipal (sistemas de alquiler de bicicletas urbanas o apuesta por retomar antiguos transportes urbanos como el tranvía), sino que también llega a la iniciativa privada y a la sociedad civil.  Un ejemplo de entre los primeros lo encontramos en esta empresa de San Antonio de Benageber, en Valencia. No obstante es la sociedad civil la que más se mueve a través de asociaciones y organizaciones, a veces con un carácter más formal que en otras. Podemos encontrar asociaciones sin ánimo de lucro, como Eco-Union con el fin de promover valores ambientales en todos los sectores de la sociedad y que realizan formaciones diversas (ejemplo de curso sobre movilidad urbana sostenible); la Asociación Interprofesional de Ordenación del Territorio, que buscan profundizar de manera técnica también en el transporte y la movilidad; o movimientos singulares en la red como Ecomovilidad.net, presente en varias ciudades de España.

Pero sin duda, el aspecto de la movilidad urbana sostenible que más me llama la atención es el de la bicicleta. Durante mis años universitarios alterné el caminar, autobús y bicicleta para ir hasta la universidad y moverme por la ciudad. Hace más de un lustro que me mudé a Madrid y tengo que reconocer que esta ciudad, con sus constantes cuestas, no es un ciudad "amiga" del ciclista (eso por no hablar del tráfico rodado y motorizado). Pese a ello hay mucha gente que utiliza la bici como medio de transporte. Conocí las primeras masas críticas a través de aquí y de aquí y adentrándome un poco más descubrí el movimiento que hay en Madrid en favor de una bici urbana más extendida y cuidada: Conbici -informe de la situación en Madrid- o la propia Oficina de la bici del Ayuntamiento. Claro, que no siempre los carriles bicis están bien programados y uno se puede encontrar con grandes absurdos y políticas municipales populistas con el objetivo de recaudar votos entre los inocentes electores.
Carril bici en Castellón. Fuente: http://www.aliveafrica.com/passio_x_castello.html

Quizá en Madrid lo mejor sería utilizar la bici eléctrica, aunque sus precios son, por el momento, un poco prohibitivos. Aún así aquí os dejo los nombres de algunas tiendas en la capital donde las venden:  
  1. UrbanMovil.com
  2. 27 Bikes
  3. Biobike
Tampoco hay que olvidar las acciones europeas a este respecto, como la creación de un lobby de fabricantes de vehículos de dos ruedas, ETRA, o el programa europeo de la Agencia Ejecutiva para la competitividad y la innovación.

Sólo he intentado aquí dar un par de pinceladas sobre un tema que me interesa. El debate es, como no podía ser de otra manera, mucho más amplio de lo que aquí se expone, abierto a todo tipo de comentarios y, por lo tanto, muy enriquecedor. Aunque como me decía mi amigo J este verano: "la cuestión es que hay que ponerlo de moda",

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