Y el cuarto día se estropeó el tiempo. Nuestro objetivo era Courmayeur, en Italia, y nos las prometíamos felices con la espectacular visión del macizo por el lado oriental. Ya os podréis imaginar, fue la ley de Murphy y no paró de llover, sin poder deshacernos de la niebla. Con todo, llegamos a Courmayeur después de una buena cerveza en el refugio Bonatti y con ánimo para zampar antes de montarnos en el bus y cruzar el túnel del Mont Blanc de vuelta a Chamonix.
Y de vuelta a Chamonix continuó lloviendo. Colgamos como pudimos la ropa y alguno comenzó a dar buena cuenta de la petaquilla. Al día siguiente un paseo divertido hasta la mer de glace y vuelta por otro camino, con una vista única del valle.
Abajo nos encontramos con nuestro guía. Junto a él se decidió dónde se subiría al día siguiente, más allá de los 4.000 metros, pero esa es otra historia, que contaré bien pronto.
PD: alguna foto es de Manolo R.
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