lunes, 28 de mayo de 2012

LA QUINOA FELIZ

Hace más de año y medio tuve la oportunidad de familiarizarme con las resoluciones que anualmente aprueba la Asamblea General de las Naciones Unidas (aunque con algunas míticas estuviese familiarizado hace años: 1514-XV y 2526-XXV). 

Dos fueron los temas estrella que más me impactaron entre septiembre y noviembre de 2010. El primero de ellos promovido por Bután. Seguro que habréis ido hablar de ello puesto que últimamente lo ha promovido una multinacional de las bebidas refrescantes: la felicidad. Sí, sí, ya sé que parece obvio, pero la innovación de las autoridades butaníes fue la de proponer su incoporación como noveno gran Objetivo de Desarrollo del Milenio. Como todas las ideas obvias, no tuvo el éxito esperado en un principio: difícil medición, imposible seguimiento, complicada evaluación, ¿índice nacional bruto de felicidad?... en fin, habrá que ir a ver sobre el terreno qué entienden en Bután por felicidad. El compañero de viaje está claro: aquél que en su momento, por unanimidad, nombramos focal point for happiness (un saludo para él).

Fuente: http://es.123rf.com/photo_830962


La segunda de las propuestas era mucho menos elevada que la anterior. Se trataba, mediante la declaración por parte de las Naciones Unidas de su año mundial, de la promoción de un producto agrícola típicamente boliviano: la quinoa. Aquel año no hubo suerte, pero al año siguiente se consiguió el objetivo inicialmente marcado.


Yo me quedé con la copla y hace poco, en el clásico puesto de comercio justo de principio de mes, me hice con un paquete de quinoa. Conseguí una receta de pastel de quinoa y una tarde de domingo me puse manos a la obra.

Sencilla de preparar, un plato esencialmente vegetariano, el pastel de quinoa se puede acompañar con carnes o pescados. Os propongo, queridos amigos, que comencéis ya a celebrar, con unos cuantos meses de adelanto, 2013 como el año internacional de la quinoa. Seguro que os convertís en seguidores, como yo.







martes, 22 de mayo de 2012

OS CAMIÑOS




Caminos largos, cortos, empedrados, llenos de barro, con curvas, rectos hasta el infinito, entre naturaleza floreciente, enmedio de casas, junto a los ovejas y los gochos, bajo la lluvia, la nieve, el viento tempestuoso y el sol de justicia, serpenteando sobre las cumbres, junto a los cursos de agua, entre helechos secos, sobre puentes, bajo soportales, en medio del pedregal, a la sombra de los pinos, las encinas, los eucaliptos, empinados, cuesta abajo, con grandes escaleras, rebasando obstáculos, asfaltados, atravesando otros caminos, sobre pasos de cebra, junto a semáforos, paralelos a carreteras, llenos de charcos, secos, ásperos, blandos, con olor a tierra mojada, en soledad, en compañía, alegres, tristes, que parecen nunca acabar y que, sin embargo, saben a poco...
































... caminos que te dejan al desnudo y que acaban donde termina la tierra, purificando, pero que no son más que el principio del camino de vuelta, el inicio, la resurrección a la vida, el retorno.


...CAMINOS...

lunes, 14 de mayo de 2012

CAMINO DE LA PLAYA


Corría el año 1989 y The Refrescos, ese clásico grupo madrileño, hacía público su gran éxito en las listas musicales de ventas: "Aquí no hay playa".



Y es que si hay algo en la ciudad de este grupo, y en la misma 23 años después, que sea remotamente parecido a la playa, eso es la Casa de Campo. La pasada primavera recuerdo como, una tarde en la que habíamos salido a pedalear por su interior, un amigo chillaba atónito: "¿pero habéis visto a toda esa gente que acabamos de pasar en pelotas tomando el sol?". Lo que yo diga, como la playa, pero en medio del secarral de la meseta.

Últimamente me acerco bastante a menudo gracias al nuevo instrumento de movilidad todotorreno. Como mi casa no parecía hasta ahora suficientemente un parque móvil de cualquier Ministerio, hace poco admitimos a una más en la familia.



Lo bueno de vivir donde vivo es que en poco más de 15 minutos estoy, yendo por carril bici y senderos varios, en el lago de la Casa de Campo simplemente pedaleando. Eso me permite salir de casa y volver sin bajarme de la bicicleta y haciendo btt casi todo el rato. Algo casi impensable en ciudades de estas características. Eso sí, volver subiendo la cuesta ya es otro tema.

En este estupendo lugar que es la Casa de Campo te puedes encontrar desde gente haciendo deporte, a leones, monos, conejos, perdices,  algún "cochino jabalí", perros y quien sabe si algún gamusino.








Torre de vigilancia forestal en el Alto de Garabitas





Ya sólo me falta sacar la hamaca que tengo guardada en un armario, plantarla entre dos árboles y tirarme a la sombra de los pinos o las encinas que jalonan las lomas del recinto con un buen libro; todo se andará.