martes, 24 de enero de 2012

Barranca-Maliciosa-Guarramillas-Barranca

Llegó el padre invierno, pero no la nieve.

Aprovechando un día de fiesta entre semanas salimos de casa sin prisas en dirección a la Barranca. Aparcamos el coche, no ponemos bien de ropa y comenzamos a andar. El viento golpea fuerte, pero al adentrarnos en el bosque la temperatura se modera. Ello, unido al ejercicio, hace que pronto aparquemos el exceso textil en la mochila. 


Subimos entre helechos secos por la falta de lluvia, arbusto y pinos, hasta que la altura hace desaparecer la flora más abundante. La senda se empina y en muy pocos quilómetros salvaremos un desnivel de 1.000 metros aproximadamente. Subimos poco a poco y aunque el viento azota, no molesta demasiado. Cuando estamos a punto de acceder a la derecha del collado, nos refugiamos tras una roca para taparnos, el viento empieza a soplar de verdad. Sin poder oírnos el uno al otro seguimos ascendiendo los escasos 50 metros de fuerte pendiente, giramos a la izquierda y tratamos de llegar a la cima de la Maliciosa, envuelta en la niebla.








Por fin alcanzamos el punto geodésico, pero no se ve absolutamente nada. Nos acurrucamos bajo la cima, tapados por unas rocas, y sacamos las vituallas. Reponemos fuerzas, pero el viento, aunque más suave por el refugio natural en el que nos guarecemos, hace incómoda la situación.



Descendemos de nuevo al collado y dirigimos nuestros pasos hacia Guarramillas. En el collado hay pequeños restos de nieve y más arriba, acercándonos a las antenas, encontramos por fin nieve. Poca, muy poca para la época del año en que estamos, pero esperamos que las próximas semanas descargue la suficiente como para sacar a pasear los crampones. 





Nos encontramos de nuevo con nuestro persistente amigo Eolo. Paso a paso dejamos el punto más alto del recorrido y descendemos hacia el Emburriadero. A partir de aquí el camino es fácil y bonito. La senda de la tubería nos conduce por medio de un hermoso bosque otra vez a la pista de la Barranca. Un par de atajos entre curvas cerradas y vuelta al coche.




Bonita, fácil y rápida salida al monte para quitar un poco el mono. Por supuesto, no podemos escapar de la ley de Murphy: nada más llegar abajo alzamos la vista y... la Maliciosa completamente despejada y una luz que, seguro, permite divisar la meseta más allá de la Villa y Corte.


Para acabar... pues lo de siempre después de salir al monte: ¡¡jugo de cebada!!


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