lunes, 24 de octubre de 2011

Ratas y Ruiseñores

Siguen en el Pi del Tossal Gros las entradas literarias. Esta vez me gustaría compartir con vosotros dos de mis libros favoritos.

El primero de ellos es un libro extraordinario, pero sin duda su característica más importante es que es la base de la única adaptación literaria al cine que considero que merece tanto como el libro: Matar a un ruiseñor.


Y es que ya lo decía José Luis Garci el día que pusieron la película en aquel maravilloso programa de la 2 (Qué grande es el cine): "de pequeño todos queríamos ser como Atticus Finch".

El segundo de los libros, a diferencia del primero y de la gran mayoría de todos los que he leído, es uno de los pocos a los que he vuelto en numerosas ocasiones, quizá ya cinco. Para mí es "el libro" con todas las letras.


Lo mejor quizá sea compartir con vosotros uno de los extractos que más me gustan. Lo copio aquí literalmente:

Avec le temps, j'ai simplement aperçu que même ceux qui étaient meilleurs que d'autres ne pouvaient s'empêcher aujourd'hui de tuer ou de laisser tuer parce que c'était dans la logique où ils vivaient, et que nous ne pouvions pas faire un geste en ce monde sans risquer de faire mourir. Oui, j'ai continué d'avoir honte, j'ai appris cela, que nous étions tous dans la peste, et j'ai perdu la paix. Je la cherche encore aujourd'hui, essayant de les comprendre tous et de n'être l'ennemi mortel de personne. Je sais seulement qu'il faut faire ce qu'il faut pour ne plus être un pestiféré et que c'est là ce qui peut, seul, nous faire espérer la paix, ou une bonne mort à son défaut. C'est cela qui peut soulager les hommes et, sinon les sauver, du moins leur faire le moins de mal possible et même parfois un peu de bien. Et c'est pourquoi j'ai décidé de refuser tout ce qui, de près ou de loin, pour de bonnes ou de mauvaises raisons, fait mourir ou justifie qu'on fasse mourir.
« C'est pourquoi encore cette épidémie ne m'apprend rien, sinon qu'il faut la combattre à vos côtés. Je sais de science certaine (oui, Rieux, je sais tout de la vie, vous le voyez bien) que chacun la porte en soi, la peste, parce que personne, non, personne au monde n'en est indemne. Et qu'il faut se surveiller sans arrêt pour ne pas être amené, dans une minute de distraction, à respirer dans la figure d'un autre et à lui coller l'infection. Ce qui est naturel, c'est le microbe. Le reste, la santé, l'intégrité, la pureté, si vous voulez, c'est un effet de la volonté et d'une volonté qui ne doit jamais s'arrêter. L'honnête homme, celui qui n'infecte presque personne, c'est celui qui a le moins de distractions possible. Et il en faut de la volonté et de la tension pour ne jamais être distrait ! Oui, Rieux, c'est bien fatigant d'être un pestiféré. Mais c'est encore plus fatigant de ne pas vouloir l'être. C’est pour cela que tout le monde se montre fatigué, puisque tout le monde, aujourd'hui, se trouve un peu pestiféré. Mais c'est pour cela que quelques-uns, qui veulent cesser de l'être, connaissent une extrémité de fatigue dont rien ne les délivrera plus que la mort.
Fuente: La Peste Albert Camus.  Ed. Folio Plus. pp. 275-277

martes, 18 de octubre de 2011

TMB (III)

Nos levantamos relativamente temprano en Champex y después de un desayuno frugal consistente en tostadas, zumo, embutido, pan, mermelada, mantequilla, leche, muesly y alguna que otra galleta, nos pusimos de nuevo a andar.




Los primeros pasos por la carretera hasta el lago del pueblo se hicieron pesados, pero tras la población comienza el bautizado como "sendero del champiñón/seta". Yo, en honor a la verdad, lo que viene siendo ver una seta, pues como que no vi ninguna, ahora sí, figuras de madera tallada unas cuantas.





Descendimos hasta el valle continuo por un camino fácil y disfrutón aunque con demasiado tráfico. Una vez abajo, viendo la distancia que teníamos que recorrer y con el objetivo de no llegar tarde al refugio como el día anterior, decidimos aprovechar el transporte colectivo para adelantarnos algunos quilómetros.





En la parada final del trayecto del bus nos decidimos a comprar unos "emparedados", como diría el propio oso Yogui... ¡menuda timada! Nos costaron un cojón de pato -que suelen estar bien cotizados- y no es que tuvieran precisamente mucha vianda en su interior. En cualquier caso, después de la diaria equivocación de camino (creo que a M.R. no le hizo mucha gracia, tal y como podemos observar en el gráfico), comenzamos el ascenso hacia el Col Ferret. Es decir, del Val Ferret suizo al Val Ferret italiano pasando por el Col Ferret.





En el ascenso al Col me adelanté y con un maravilloso tiempo nublado pude disfrutar de uno de los ratos solitarios más especiales del viaje. También aproveché para echar alguna foto por el camino.





Desde arriba bajamos prestos -hacia un viento infernal- hacia el Refugio Elena -alguno haciendo la croquetilla-, donde nos encontramos a todo Japón en pleno. Delante de los todos los abuelillos nipones, equipados hasta las orejas, nosotros nos dedicamos a estirar en grupo y a beber una cerveza, aunque sea de lata, que es como tiene que acabar todo buen día en la montaña.




sábado, 15 de octubre de 2011

E(asy)-Motion


Después del relámpago urbano, por fin me decidí...



Anoche llegó y hoy mismo la he estado probando en mis obligatorios desplazamientos por la ciudad.




Ha comenzado una nueva era en la movilidad urbana en mi casa. Sólo me hace falta hacerme con otro buen candado, que cuando no está en movimiento... ¡¡¡¡no hay pan para tanto chorizo!!!!


jueves, 6 de octubre de 2011

TMB (II)

Nos despertamos el segundo día de nuestra aventura, nos preparamos y a caminar.

Preparativos

primera cuesta

enfrentamiento taurino

mirando hacia atrás al camino del día anterior
Poco a poco vamos adquiriendo altura y al volvernos las nubes nos dan una tregua y podemos ver la cara este del macizo con la Aguille du Midi, el Mont Maudit y en último término el Mont Blanc. Nosotros continuamos nuestra ascensión matutina hacia Suiza y el Col de Balme.

grandes picos del macizo del Mont Blanc

Ascendiendo con el valle de Chamonix al fondo

Llegando a Suiza
 Una vez en el Col de Balme, reponemos algunas fuerzas, con una bienvenida muy suiza, es decir, una vieja chillándonos para que no comamos en la terraza del refugio.

Desde allí abandonamos la normal del tour del Mont Blanc y nos dirigimos al Chalet du glacier con el objetivo de alcanza la fenêtre d'Arpette, el punto más alto del recorrido y que a algunos nos haría recordar donde tenemos muchos de nuestros músculos... buffffff qué dolor de cuádriceps.

internándonos en suiza
desde las alturas: como una maqueta de tren


alguna subidita

espectaculares vistas

con el valle de fondo

subida hacia la fenêtre d'Arpette con el glaciar acompañándonos a la derecha

descanso en el esfuerzo

Foto de grupo a más de 2.600

Desde la fenêtre d'Arpette comenzamos a bajar hacia Champex Lac. Ya llegábamos tardísimo porque los quilómetros en la piernas pesaban sobremanera. Lanzamos a tumba abierta a M. y a L. cuesta abajo. Lo que pasa es que se perdieron y acabamos encontrándonoslos a 10 minutos del albergue perdidos montaña arriba, montaña abajo. Después del chorreo de los dueños del albergue, nos duchamos echando virutas y nos pegamos un homenaje de los buenos. 
comenzando el descenso
Fenêtre d'Arpette desde el lado contrario
reintroduciéndonos en el bosque
por fin en el refugio de Champex Lac

Ah, y gracias a M descubrí lo maravillosos que son los tapones cuando tienes que dormir en la habitación con M.R.!!!!